Lady Pandora


Pobres almas en desgracia...


Un cuento para no dormir


¿Qué has oído decir de mi? Probablemente sea todo cierto, y todo falso a la vez. Eso resulta confuso, lo sé... Y contradictorio y paradójico, increíble hasta lo estúpido. Pero la realidad es la que es, y no siempre es lógica.Mi historia empieza hace mucho tiempo, los reyes se alzaban legitimados por un dios, y los más vanidosos, como su mismísima encarnación terrenal. Absolutos soberanos de cuanto moraba en sus tierras, de los valles, los ríos... Y cuan lejos pudiesen ambicionar. Yo me alcé con ellos y vi morir a los primeros, ellos desaparecieron pero yo seguí adelante. No voy a entrar en detalles de cómo llegué a ser quién soy, porque eso es harina de otro costal y si se tiene que descubrirse así será... Pero no por mis manos y labios. Ocurre que yo también ambiciono, pero el destino—maldito sea mil veces—no me benefició con un linaje real; era una niña pobre y harapienta, mi madre viuda malvendió a algunos de mis hermanos y yo tuve la "suerte" de servir en una casa noble. No se me puso el poder en las manos como ocurrió con reyes y reinas a lo largo del tiempo; yo me lo gané. Arriesgué mi cuerpo y mi alma por secretos nunca antes conocidos, mi humanidad fue un dulce precio a pagar por conseguir la magia que me permitió escalar hasta el trono—y la cama—de quienes se decían ser los elegidos de dios—o dios en si mismo, ya sabéis. Mi amor, mi familia... Lo entregué todo. Y gustosa lo volvería a hacer.Una cara bonita, una figura generosa y un vientre fértil eran las claves del éxito para conquistar un alguien de su posición... Y mi magia, claro está, que era a la vez el cebo y la auténtica perdición de estos hombres e incluso mujeres, pues aunque no necesitasen un vientre que engendrase también deseaban el poder de la magia y una compañera de cama que supiese cuidarlas como era debido. Destruí muchos gobiernos e impulsé otros tantos; a veces por mis intereses o intereses de terceros bien pagados, otras por simple entretenimiento. Grandes mujeres destruidas y despechadas me han odiado mientras mis príncipes correteaban bajo el faldón de sus esposos, padres de mis hijos. Niños que no agarraban en sus vientres muertos, pero que encontraban cobijo en mi cuerpo joven aún con el paso de los siglos. Niños que más tarde serían los reyes traicionados por esa excéntrica maga de piel de alabastro, que después de endulzar su oreja los abandona en una cruenta guerra. Entonces otro se alzará que más interés me suscite, y todo empieza de nuevo.Alto es el precio que he pagado en muchas ocasiones por estos dones que aprovecho, pero haciendo cuentas... ¿Quién no pagaría por disfrutarlos? Innumerables vidas de placeres y emociones como maestra titiritera de los "grandes hombres" que marcaron un hito en la historia. Estoy maldita... Lo estaré por siempre, pero eso ya no me importa. La magia es mi identidad, el poder corre por mis venas en la misma proporción que la sangre. Tengo lo que nadie tiene por lo que he sacrificado, por lo que he dejado atrás, por todos a quienes he pisado... He alcanzado la cima por vencerme a mi misma.He tenido tantos nombres e identidades como reyes se han alzado buscando llegar al cielo... Pero no me encontraréis por ninguno de ellos, solo recordad uno, y si tenéis suerte será el único que recordéis en vuestra vida...Soy Pandora. Pero cuando llegue el momento de verme, no veréis esta historia, sino un hermoso cielo amatista de gloria y luz.

Lady Pandora


Una mujer despiadada, fría y cínica que ha nacido del rechazo y el odio más profundos. Un carácter fuerte y sarcástico forjado a lo largo de muchos más años de los que una persona debería vivir, sus actos han pavimentado el suelo que pisa de cadáveres físicos y emocionales que ella ha llegado a pisar con gusto. No se trata a si misma como humana, no se reconoce a si misma en nadie salvo en su mano derecha Nyx (que, a su vez, es hija suya) y su mascota glotona a quien aprecia más que nadie. Se tiene como una adalid de los marginados a quienes ofrece magia del más oscuro origen a cambio de su lealtad, maneja más negocios de los que uno alcance a imaginar y su ambición llega mucho más allá de lo que otros puedan alcanzar a ver. No se deja frenar, no se deja domar, es consciente de que sacrificará cualquier cosa que ame mínimamente con tal de alcanzar el tal ansiado sueño en que las brujas, otrora orpimidas y perseguidas incluso siendo inocentes, gobiernen el mundo gracias a sus propios méritos. No por ser hijas de nadie, no porque nadie les regale un título. Por ellas.¿Es ella capaz de amar? ¿Tiene aprecio por alguien que no sea ella misma? ¿Posee alguna debilidad? ¿Algo que la haga llorar? ¿Algo que la haga reír...?Hay que llegar muy lejos para conocer eso, tan lejos que ningún mortal ha alcanzado aún el podrido corazón de la bruja.

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